XXVI Domingo del tiempo ordinario


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:
–Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.
Jesús respondió:
–No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo.
Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.


 

Comentario

Marco: actitud de aceptación y tolerancia frente a los que obran el bien sea cual sea su procedencia.

1ª: ¡Si se actúa en nombre de Jesús se pertenece a su grupo!

Hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros…No se lo impidáis. Sabemos que en tiempo de Jesús existían en Israel muchos exorcistas, hasta el punto de que a Jesús mismo se le tenía por exorcista y ciertamente el evangelio recoge episodios de expulsión de demonios. Es una práctica que corresponde a un mundo cultural muy peculiar. En aquel entonces se atribuía a posesión diabólica muchos efectos de enfermedades misteriosas. El demonio es el enemigo del hombre. La relación era lógica y coherente en aquel momento. Alguien quiso utilizar el nombre de Jesús para el ejercicio de esta práctica porque había observado la eficacia y la fuerza de Jesús para expulsar demonios. En el nombre quiere decir en la persona de aquel que se nombra. Y en nombre de Jesús realizarán la misma práctica los discípulos después de la resurrección de Jesús. En el fondo se trataba de una práctica liberadora de los males del hombre. La invocación del nombre de Jesús es eficaz. Pues bien, este es el caso del relato evangélico de hoy. El problema se le planeta a Juan es que hay alguien que se propia del nombre de Jesús para realizar esta práctica y no pertenece al grupo. También en este episodio aparece la fuerza de cohesión de un grupo y sus peculiaridades en la actuación. Si no participa de los secretos del grupo no puede actuar en nombre de Jesús. El concepto de universalidad de Jesús todavía no había sido entendido. Los secretos del grupo, del cual hay que defenderlos celosamente. La lógica es impedírselo por apropiación indebida. Sólo así se entiende el conjunto. Ayer como hoy existe la tendencia a la guarda celosa de la propiedad del grupo. La apertura, la disponibilidad y la magnanimidad son actitudes que eran muy costosas ayer y hoy.

2ª: ¡El seguimiento de Jesús conlleva una actitud ante la vida coherente y exigente!

Si tu… Todas estas afirmaciones pertenecen a un mismo estilo utilizado por Jesús: paradójico, incisivo, desconcertante, invitación a la atención cuidadosa. Probablemente son dichos de Jesús pronunciados en otra ocasión distinta a los anteriores. Pero Marcos ha querido unirlos con ellos. Ciertamente, Jesús abre fronteras, acoge a los hombres de buena voluntad, aprecia todos los valores y se deja guiar por una actitud integrador. Pero esto no merma su conciencia de representar una enseñanza singular. Se podría sintetiza en una extensión muy utilizada hoy: Jesús es único y universal. Esa una de las tensiones más ricas para descubrir la eficacia de su persona, de su actuación y de su misión. Todos los valores son aprovechables y se pueden integrar en el proyecto del reino. Pero esto no anula el hecho también fundamental de que Jesús es único, el único salvador y el único revelador del Padre. El sólo es el Camino y la Verdad y la Vida. De este modo cuando Jesús adopta una actitud integradora revela a la vez otra verdad: en todos esos valores hay una chispa de la única revelación de Dios que se manifiesta en la creación y en la manifestación positiva y llega a su plenitud en Jesús mismo. Necesitan los hombres de nuestro mundo reconocer las dos cosas a la vez: la unicidad y la universalidad de Jesús, porque ese es el camino que les conduce a la salvación. Y esto se puede y se debe presentar a los hombres cultos y a los incultos proclamando la necesidad del seguimiento exigente de Jesús que conduce a un sentido gozoso y en comunión de la vida de los hombres. Todos podemos convivir, porque todos podemos compartir muchos elementos buenos para los hombres. El radicalismo, el exclusivismo no caben el proyecto de Jesús. Pero él mismo nos invita a la radicalidad de su seguimiento para apreciar y respetar la universalidad de los valores. Sea en las esferas de los que piensan o en las esferas del cotidianos vivir necesitamos esta actitud y enseñanza de Jesús para conseguir una sociedad más realmente justa y preocupada por el bien común de todos porque son valores permanentes del reino que Jesús vino a proclamar, instaurar y realizar en su misión y en su vida.

Fr. Gerardo Sánchez Mielgo
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)