BREVE HISTORIA DE LA HERMANDAD
La hermandad se crea el 24 de marzo de 1573, Viernes Santo, según consta en el capítulo tercero de sus primitivas reglas fundacionales, que fueron aprobadas el 31 de mayo de 1574.
Fundada en el Monasterio de Guía extramuros, de la Orden de San Agustín a la que estaba intensamente vinculada, por su prior fray Pedro Clavijo y varios miembros del gremio de manteros de la ciudad.
En esas fechas hacía estación de penitencia con las imágenes del Santo Crucifijo, La Virgen y San Pedro Apóstol llorando sus culpas. El cortejo lo formaban hermanos de luz con túnica “prieta”, es decir, negra y hermanos disciplinantes con túnica blanca. Su recorrido partía del Monasterio de Guía, hasta San Salvador, Santo Domingo, San Juan de Letrán, Santiago, Monasterio de Nuestra Señora de Gracia y de allí a la Ermita de Guía.
Poco después se traslada a la parroquia de San Miguel, donde según escritura de 26 de febrero de 1590 otorgada ante Juan de Montesinos se encuentra, estando sus imágenes colocadas en un altar colateral al retablo principal.
La hermandad funcionó con regularidad no sólo en s. XVI, el de su erección, en que hacia estación de penitencia el Viernes Santo a las 10 de la noche, sino también en el XVII.
Posteriormente, hay documentos en los que se recogen los horarios de las cofradías en la época y disponemos así de los testimonios de los vicarios Basurto Cuéllar en 1751, Verger en 1771 y Manuel María Pérez en 1776 y 1777, así como de Bartolomé Gutiérrez en 1755, en los que la procesión del Santo Crucifijo hacia su salida en la tarde del Viernes Santo, y en 1789 el Jueves Santo a las tres de la tarde.
Tras el proceso de supresión de las hermandades erigidas sin autorización real ni eclesiástica y subsistencia de las aprobadas y de las Sacramentales con reforma de sus excesos, iniciado el 25 de junio de 1783 por Carlos III, la hermandad debió mantener vida menos activa.
No obstante, siguió realizando estaciones penitenciales, así en el primer cuarto del s. XIX, consta en un manuscrito del archivero municipal Adolfo Rivero la lista de cofradías que salían en 1818 y en la que el Viernes Santo lo hacía la del Santo Crucifijo a las 3 de la madrugada.
Refrendando lo anterior, según Romero Gandolfo, a pesar de dicho decreto, la hermandad mantenía una vida más o menos activa en el s. XIX y de tal forma iba en aumento en íntima labor con la parroquia, que en 1818 ante la continua expansión de la misma es aprobada su salida en un bando del corregidor de la ciudad.
Por otra parte, el vicario de la ciudad D. Juan Antonio Herrero Moris, canónigo de la Colegial, en sendos bandos en 1820, 21 y 22 señala que la cofradía hizo estación penitencial con procesión el Viernes Santo a las dos de la tarde.
Sin embargo, a partir de ahí durante la segunda mitad del s. XIX la vida de hermandad estuvo en postración, no habiendo constancia de la celebración de ninguna otra procesión en Semana Santa.
No obstante, tenemos la intuición que al menos un grupo de devotos se mantenía entorno a la imagen del Santo Crucifijo, porque en la actual cruz de guía de plata figura esta inscripción “F. SOLÍS me fecit 1864” y dicha cruz era en la que, por aquéllas fechas, como puede observarse en diferentes documentos gráficos de la época, en concreto en 1896, se colocaba la imagen del Cristo crucificado. Si es cierto que no se recoge en ningún documento salidas para la estación de penitencia en la segunda mitad del s. XIX y el primer cuarto del XX, fechas en las que al menos la cofradía carecía de funcionamiento.
Finalmente, esta etapa de postración terminaría con la reorganización que tuvo lugar en 1929. Fue esta la culminación de un proceso cuyas primeras gestiones se iniciaron con la constitución de la junta reorganizadora el 6 de mayo de 1928. Está documentado en el archivo de la hermandad, como D. Pedro Domecq Rivero, Marqués de Domecq, en nombre de la junta reorganizadora, presentaría la solicitud de refundación de la hermandad ante el Arzobispado Hispalense y las nuevas reglas el 13 de octubre de 1928.
También constan en el archivo de la hermandad el decreto de autorización de reorganización el 6 de marzo de 1929, aprobado por el Dr. D. Jerónimo Armario a la sazón vicario general de S. E. R. Cardenal D. Eustaquio Illundaín y Esteban Arzobispo de Sevilla y del mismo modo y con la misma fecha las nuevas reglas.
Conviene precisar que la reorganizada cofradía haría su primera estación penitencial la madrugada del Viernes Santo 29 de marzo, sólo 23 días después y sin que aún se hubiera celebrado un cabildo general para elegir la primera junta de gobierno tras la reorganización, que tuvo lugar el 1 de abril de 1929.
La primera Junta de Gobierno tras la reorganización estaba compuesta por los siguientes señores:
Hermano Mayor.- D. Juan de Mata López de Meneses y Cala
Teniente de Hermano Mayor.- Excmo. Sr. Marqués de Domecq
Mayordomo.-D. José Ruiz Crespo
Secretario.- D. José de la Riva y Romero de Aragón