La imagen de María Santísima de la Encarnación es obra de candelero del afamado escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci. Fue bendecida por el cardenal Illundain el 22 de septiembre de 1929. Representa una mujer joven idealizada, con finas y expresivas manos, muy al estilo de las dolorosas de este autor. La imagen se ejecuta en los mejores momentos del artista, quien en la década de los 20 del pasado siglo se convirtió en el máximo exponente del neobarroco con una estética muy realista.
La Corona de María Santísima fue realizada en 1964 por el orfebre Fernando Marmolejo Camargo. Para su realización se destinaron 3.000 grms. de oro y se solicitó que fuese al estilo de las coronas del s.XVI. Se remata con una Cruz de amatista, doce querubines de marfil en la ráfaga y 18 estrellas de ocho puntas. Presenta una decoración muy clasicista.
La imagen de María Santísima posee varias Sayas de salida. De 1932 y con bordados en oro sobre terciopelo azul. Posee otra bordada en oro sobre tisú de 1965 obra de Carrasquilla, y una tercera bordada en oro sobre terciopelo celeste también obra de Carrasquilla.
María Santísima se cubre con un magnífico Manto bordado en hilo oro sobre terciopelo rojo bajo diseño de Juan Manuel Rodríguez Ojeda quien lo inicia en 1930. Tras su fallecimiento continúa el diseño Guillermo Carrasquilla acabándolo definitivamente en 1943. Es restaurado en 2010 por Ildefonso Jiménez. El diseño del mismo se centra en un eje vertical que divide el dibujo en dos partes, de este eje salen líneas curvas que acaban en hojas de acanto con flores y piñas.