Paso María Santísima de la Encarnación.

El Techo de palio es obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, tanto en diseño como en realización, y se estrenó junto a las caídas en la madrugada del Viernes Santo de 1931. Bordado en hilo de oro sobre terciopelo rojo presenta un diseño marcado por el escudo de la hermandad en el centro del mismo, funcionando como eje y distribuidor del dibujo. El bordado presenta una composición de  líneas y roleos que se entrecruzan y une por medio de unas brizas de las que surgen ramos de azucenas y de acanto. En cada uno de sus esquinas se presentan jarrones de los que emanan ramos de hojas de acanto. Las Caídas mantienen el estilo análogo del conjunto con unos bordados de oro sobre terciopelo con un dibujo simétrico y continuo de hojas de acanto con sus flores y piñas.

Los Faldones del paso, también en terciopelo rojo, presentan un bordado en hilo de oro a modo de una cenefa que recorre la parte inferior y los laterales del mismo, destacando los tres broches que poseen en las esquinas. Son obra de Carrasquillas y se estrenaron en 1964

La orfebrería en su conjunto es obra de Eduardo Seco y de su sobrino Seco Velasco. Los Respiraderos destacan por su excelente trabajo y su originalidad compositiva, se estrenaron en 1948. Destacan las siete cartelas que posee, dentro de las cuales, y enmarcadas por sendos óvalo, se representan en medio-relieve los siete dolores de la Virgen. Los Valares, realizados entre 1942 y 1943, presentan una base cuadrangular con capillas en cada lado donde se representa en la capilla exterior a un apóstol, en los laterales ángeles y en la interior la cruz alada y el corazón lacerado (San Miguel y San Agustín). Los Candelabros de cola tienen diez puntos de luz cada uno y las bases son floreros de metal plateado. Fueron repujados por Manuel Seco Velasco y se estrenaron en el año 1949.

Las Jarras y la Peana son obra de Manuel Rodríguez Pérez en la década de los 50 del pasado siglo. Las jarras, 16 en total, presentan una cincelado minucioso en su decoración y un estilo clásico en su composición. La peana donde se asienta la imagen de María Santísima, presenta la peculiaridad de poseer las cuatro caras trabajadas debido a que era usada en la procesión Sacramental de esta hermandad para la custodia del Santísimo. En los frentes están los escudos de la hermandad y de la Sacramental y en los laterales la cruz alada y el corazón lacerado.

La Candelería, compuesta por 96 candeleros es obra de 1992 de los talleres de Manuel de los Ríos.

Para finalizar el paso posee una imagen venérea de la Virgen de la Merced, patrona de la ciudad y que la familia Domecq cede a la hermandad cada año. Está realizada en plata de ley, ébano y marfil, siendo una obra de magnífica calidad artística.