
AÑO: 1869
AUTOR: Francisco Solís. Restaurada en 1998 por Antonio García Falla orfebre jerezano.
DESCRIPCIÓN: Cruz de plata de ley labrada a martillo en cuyo cincelado se reproducen símbolos pasionistas, de sección cuadrada tanto el árbol, su elemento vertical, llamado “stipes o staticulum”, como el travesaño horizontal, llamado “patibulum”, que se divide en dos brazos por el anterior. Todos rematados con cuatro asas que terminan en una perilla puntiforme.
Está formada por una serie de módulos independientes ensamblados entre sí en ambos elementos, ocho en el vertical, dos y medio en cada uno de los brazos. Por encima del patibulum, clavado, el “titulus crucis” en plata de ley que recoge el delito del reo crucificado, en este caso en su acrónimo “INRI”, Iesus Nazarenus Rex Iuadeorum.
HISTORIA: Desde 1869 fue la cruz en la que se sustentaba el Santo Crucifijo de la Salud en la hornacina del retablo de su capilla en la Iglesia de San Miguel.
En ella se pretendió hiciera estación de penitencia la bendita imagen del Santo Crucifijo los primeros años, acordándose en cabildo de oficiales de 8 de febrero de 1930 su restauración para tal fin, no llegando nunca a utilizarse.
Sin embargo, a partir del 12 de mayo de 1931, con motivo de los desórdenes, y asaltos a templos religiosos tras la proclamación de la segunda república, el cabildo de oficiales acordó retirar provisionalmente dicha cruz para protegerla y sustituirla por otra arbórea de madera en su hornacina.
Por lo que el Santo Crucifijo hizo su recorrido procesional en cruz de madera desde la reorganización de la hermandad en 1929. La cruz de plata entonces pasó a ser la cruz de guía de la hermandad en la estación de penitencia, al principio acortada en altura, sustituyéndole los cuatro módulos inferiores de su elemento vertical por un asta de metal plateado y cincelado.
A partir de la década de los años sesenta del pasado siglo se reintegró en su totalidad para seguir desempeñando la función de cruz de guía de la cofradía.
En los años cincuenta del pasado siglo, en ella se colocaba la imagen del Santo Crucifijo en los altares de culto para el quinario de reglas que montaba el sevillano José Espino Muñoz, conocido vestidor sevillano. En el presente, a partir de 2011, se ha vuelto a colocar en ella el Santo Crucifijo en alguna ocasión en sus cultos de besapiés.